domingo, 25 de febrero de 2018

SILBAR EL VIENTO



Necesito cerrar los ojos para oír el viento marcharse. Los soplidos que antes han golpeado puertas y ventanas y agitado árboles indefensos se pierden a lo lejos convertidos en silbidos moribundos que devuelven la calma y el silencio. De este modo siento cómo se retira Joan Baez, su voz (y el aura que muy pocos merecen conservar) apagándose hasta enmudecer, nosotros dentro, ella en plena naturaleza. No volverá a subirse a un escenario y se despedirá de 60 años de carrera con una larga gira de cinco meses de conciertos por Europa.


En su último disco Joan le silba al viento, Whistle down the wind, y con las diez canciones que le ha tomado prestadas a Tom Waits, Josh Ritter y Joe Henry entre otros, se marcha sin frases lapidarias, sin puñetazos en la mesa ni la necesidad de vestirse broches de oro concebidos para cerrar brillantes carreras, sino perdiéndose a distancia, de frente y con una sonrisa, para que sintamos que ya la echamos de menos. Joe ha estado a su lado, diez días en el estudio para adornar con lo mínimo (la sutileza elegante de la discreción), un hermoso trabajo. Escuchen Silver blade, Last leaf o Civil War para que el viento les roce la cara.


Fare Thee Well Joan!